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Javier Altarejos Gallego pregona nuestra Feria desde los rincones más escondidos de su memoria

La voz que vibró anoche en el Parque Municipal estaba cargada de recuerdos. El pregonero de esta Feria y Fiestas 2021, Javier Altarejos Gallego, nos hizo oler, escuchar, saborear y, casi, tocar la feria de su infancia, que es la de muchos de nosotros. El periodista, villacarrillense por encima de todo, desgranó con maestría torera y con banda sonora original, una serie de estampas que emocionaron al numeroso público congregado, anoche, para escucharle. Recuerdos de niño ilusionado con esos días de encierros, de zapatillas nuevas, de turrón y ‘molestas’ cintas de los Chichos. Recuerdos de un niño tras una barra que vivió, en primera persona, el ir y venir de gente, de clientes de bar, de comerciantes, de amigos, de mucho trabajo y sacrificio. Pero es la Feria y ahí no hay quien entienda de cansancio o apatía.

Un pregón precioso y preciso, muy bien estructurado en su memoria y en la nuestra. Muchos rincones escondidos que volvieron a la luz gracias a su forma de contarlo. Porque él es un contador de historias. Un maestro de la palabra. Devolvió a la tierra a su madre, para que viera, en primera fila, lo querido que es su hijo en su pueblo, recorrió como nadie el devenir taurino de un pueblo al que se le reconoce por ello. Querido por familia y amigos. Anabel Martínez es una muestra inequívoca de lo que digo. Su presentación del pregonero, su amigo, no fue una casualidad de la vida. Son almas gemelas desde muy chicos. Onda Menuda y SAFA obró el milagro y la simbiosis entre ambos sigue de plena actualidad. Orgullo, esa es (fue) la palabra más repetida, aparte de la “casualidad”.

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El pregón de 2021 estará marcado por el hierro de una pandemia que remite pero que aún sigue entre nosotros. Una vacuna que nos ha permitido programar una feria distinta, pero feria al fin y al cabo. Así lo expresaba una emocionada concejal de Festejos, Paqui Hidalgo, conductora del acto. Por eso, dos responsables de nuestro equipo de batalla, de nuestro Centro de Salud, Adoración y MariGraci, abrieron el acto para agradecer el esfuerzo de todos: desde el propio equipo sanitario a voluntarios, ayuntamiento y a la ciudadanía en general. Un ejemplo, decían, para el resto de España y que a puesto a Villacarrillo en el punto de mira de informativos nacionales por ser el pueblo que mejor ha gestionado el proceso de vacunación, el primero en llegar a la meta marcada con el 100% de la población, mayor de 12 años, vacunada.

Sin embargo, otra de las palabras más repetidas de la noche fue esta: prudencia. Ellas la repitieron mucho y el alcalde, Francisco Miralles, en su intervención, hizo lo propio. No hay que bajar la guardia, porque el virus sigue ahí, acechante. Hay que disfrutar, por supuesto, pero desde el prisma del respeto y la sensatez, manteniendo a raya al virus a través de las normas que nos dictan desde Salud.

Una noche espectacular que terminó con el encendido del alumbrado y un gran concierto de la Asociación Musical Cristóbal Marín. Un concierto que nos trajo, por fin, el sonido de nuestras verbenas.

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