Ya anunciamos, hace unas semanas, que el pregonero de nuestra Feria y Fiestas 2018 sería el periodista villacarrillense, Francisco Javier Oliver. Su rostro es habitual de la pequeña pantalla a través de su casa, Canal Sur.
Su voz y su forma de pregonar, en este caso la actualidad de nuestra provincia, le convierten en referente de la información, en un histórico profesional de la comunicación jiennense. Radio, televisión, noticias, retransmisiones deportivas y la voz cantante de la Romería de la Virgen de la Cabeza. Lleva casi una treintena de años dibujándola para toda Andalucía. Un todoterreno que ama su tierra y que no duda en demostrarlo en cada oportunidad que se le presenta. Ahora tiene otro reto por delante. Otra fecha que, seguro, marcará en rojo, de aquí en adelante. El próximo 8 de septiembre será el encargado de encender la luz de nuestras fiestas patronales. La física, con el encendido del alumbrado de Feria y la del alma de los miles de vecinos que acudiremos a escucharle. Queremos saber qué se siente al ser elegido para tan importante y difícil labor.
¿Qué se le pasa a uno por la cabeza cuando recibe la llamada del Alcalde y le propone ser el pregonero de la Feria de su pueblo?
Sinceramente, fue una mezcla de sentimientos. Sentí un fuerte agradecimiento por las palabras que me estaba dedicando el alcalde de mi pueblo para ofrecerme ser el pregonero y al mismo tiempo sentí rabia, impotencia y tristeza por saber que mis padres no podrán estar entre nosotros para disfrutar de ese momento. Después miré al cielo y les prometí a ellos que pondré todo mi esfuerzo y mi cariño por estar a la altura. Ojalá lo consiga.
¿Te costó tomar la decisión o fue un sí inmediato?
Ja,ja,ja…fue un sí rotundo. Francisco Miralles me agradeció que no tardara ni un segundo en responder. Y yo le agradecí a él la confianza que han depositado en mí. Ha sido un detalle y han sido muy generosos conmigo. Es un orgullo, una responsabilidad y un reto pregonar las fiestas del pueblo que me vio nacer y en el que se forjó mi vida. Quienes me conocen saben bien que en mi profesión y en mi vida personal Villacarrillo siempre es mi estandarte. Presumo de pueblo y de mis paisanos.
Como dices es una gran responsabilidad a la vez que un enorme reconocimiento para ti…
Lo que me emociona es que en mi pueblo se acuerden de mí , que sientan que yo puedo aportar algo y esas sensaciones me llenan de ilusión. Es sin duda un reconocimiento y una satisfacción que no olvidaré jamás. Es verdad que cada día me pongo delante de una cámara y de un micrófono, pero estoy seguro de que dirigirme a la gente de mi pueblo será algo muy especial. Solo tengo palabras de agradecimiento porque soy un ciudadano más de un pueblo que tiene encanto y en el que viven personas trabajadoras y capaces de todo por su tierra.
Una Feria es un montaña rusa de recuerdos, la mayoría alegres. Imagino que de “tus ferias” tendrás anécdotas miles…
Mis recuerdos están ligados a mis amigos de la infancia, con ellos he pasado ferias inolvidables y hemos protagonizado travesuras y aventuras que uno lleva marcadas en la piel. He estado en fiestas y ferias de medio mundo y he disfrutado mucho, pero en mi corazón siempre estarán, por encima de todas, las ferias de mi pueblo. No sé si son mejores o peores, pero son las mías.
De la feria de Villacarrillo tengo mil recuerdos, estampas grabadas en mi mente… pero hay algo que me impactaba y que revivo cada vez que llegan las fiestas. Me sorprendía cuando llamaban a la puerta de mi casa, cada año y en cada feria, personas que no había visto en mi vida. Preguntaban por mis padres y los abrazaban con lágrimas en los ojos. Eran viejos amigos que un día tuvieron que irse lejos en busca de trabajo, pero que volvían a sus orígenes cada mes de septiembre. Su pan estaba a miles de kilómetros pero su corazón seguía en el pueblo. Esas visitas nunca las olvidaré. Me hacían pensar y mucho.
Te hablan de la Feria y Fiestas de Villacarrillo y ¿qué es lo primero que se te viene a la mente?
Lo primero que recuerdo cuando pienso en la feria es en los encierros y también en la verbena. Esas son las imágenes, pero los sentimientos me dejan la sensación de alegría y ese guiño de complicidad que tenían mis padres conmigo porque había llegado la feria y por unos días se rompían los horarios.
Un olor, un sabor, una imagen y un sonido de tu (nuestra) Feria.
El olor a pólvora de los cohetes que anunciaban el comienzo de cada encierro.
El sabor del algodón dulce.
La imagen de los toros en las calles de mi pueblo pasando por la curva de Maculé
El sonido de las orquestas en cada verbena.
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