La obra de teatro, “Mandíbula afilada”, de Carles Alberola, ha sido una de las apuestas de esta exitosa feria teatral en el Coliseo. Los televisivos Jon Plazaola y Noemí Ruíz nos ofrecieron una comedia que navega entre la carcajada y la reflexión. Plantea una (o dos) situación que enfrenta a ambos personajes a sus deseos, sus desvelos, a la compleja y, a veces devastadora, tesitura de resucitar aquello que pudo ser y no fue. Amores perdidos, el síndrome de Peter Pan, lo que deseamos y lo que realmente ocurre, la vida que no quisimos y que ahora anhelamos. Una especie de juego entre realidad y ensoñación que ambos artistas solventa de manera notable. Destacar el doble papel de Noemí quien cambia de registro para acercarnos a la figura de una Laura (su personaje) muy juguetona: entre la inocencia y picaresca emocional de la primera parte, a la madurez, sensata y fría de la segunda. Una cuidada puesta en escena y una dirección que no deja fisura ante una comedia que requiere de mucho ritmo y desenvoltura. Muy aplaudida al final por un público entregado.
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