Era una de las apuestas de esta edición de Los Jueves de La Villa. Un descubrimiento que nos hizo llegar el amigo José de La Torre y una ilusión que se hizo realidad ayer. Rumbas, alegría, derroche de talento y una velada que pasará a la historia. Ojalá pronto lo recordemos, con más intensidad aún, cuando veamos a Verguenza Ajena en grandes recintos y triunfando, como se merecen, a nivel nacional. De momento y en la tierra que vio nacer a sus padres, el éxito ha sido rotundo. Se dejaron la piel y el corazón. El pueblo, su pueblo, les abrió y entregó el suyo, para siempre.