
Josué Sánchez fue el que puso la primera piedra en esta preciosa (sí, está feo que yo lo diga) edición del festival Villacarrillo Músic@s. El artista linarense vino a poner voz a un repertorio brillantemente elegido para la ocasión donde se alternaban clásicos de U2, Nina Simone/David Bowie, Leonard Cohen o The Weeknd con composiciones propias y obras del proyecto Alegres Tiempos. Fue un concierto distinto, él es distinto y es por eso por lo que hay que prestarle más y mejor atención. Los porqués son muchos: talento le sobra, toca guitarra, piano y todo lo que se le ponga por delante con delicadeza y maestría (más talento) y tiene una de las voces de arena más bonitas del panorama nacional. Es puro terciopelo áspero. Una incongruencia que es la que mejor define su forma de cantar; es capaz de erizar la piel con solo dos notas, dos estrofas. Su voz prende en llamas el pop y a la vez suaviza el rock, le da calor. Es como una manta sonora y el Coliseo tuvo el lujo de arroparse con ella el pasado viernes. Una de esas actuaciones que se nos quedarán grabadas para siempre y que nos devuelven la ilusión y la esperanza en los jóvenes músicos que ven mucho más allá de los sonidos de moda…Josué ya es de la familia del Teatro Coliseo.
