Privacidad es la obra de teatro/show que co-protagoniza nuestro Chema del Barco, estos días, en el madrileño Teatro Marquina. Una gran propuesta, en todos los sentidos, que sirve como lección magistral de los contras (y algún pro) de lo que supone Internet en nuestras vidas y los medios sociales. Nos vigilan. Lo sabemos. Lo hacen de mil maneras, quizá eso no lo tengamos tan claro. Pues bien, en este espectáculo (o experiencia digital) se van sucediendo una serie de situaciones, protagonizadas por Adrián (Lastra), que le llevan a conocer en profundidad la parte más oscura del ciberespacio, del agujero negro de la Red y de nuestra forma de desnudarnos en ella sin saber bien las consecuencias que pueda conllevar.
Es todo un documental en el que el público interactúa, siendo la única función en la que lo de apagar el móvil, antes de empezar, no es válido. Chema hace tres papeles muy diferentes: un psicólogo (con acento villacarrillense), un conductor de Uber y un agente del FBI. Junto a actores y actrices como Canco Rodríguez, Juan Antonio Lumbreras, Rocío Calvo y Candela Serrat nos envuelve, magistralmente, en una suerte de masterclass en la que se explica, de manera profesional, todas estas aristas de las que hablamos.
Fue el sábado. Dos funciones y dos llenos en un teatro de unas 500 localidades, por lo que no entendemos que a este montaje le quede tan poco tiempo de vida. Terminan en pocas semanas. Sea como fuere, si tenéis la oportunidad de poder verlo, no os lo perdáis. El sábado nos plantamos allí una buena representación de Villacarrillo.
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