Durante estos días estaréis viviendo mucho movimiento alrededor de la Plaza Juan XXIII, en concreto en la entrada de los refugios antiaéreos. El Ayuntamiento intenta ponerlos en valor acometiendo mejoras en los mismos.
La rehabilitación es una de las principales preocupaciones de la Concejalía de Promoción y Turismo ya que estas galerías forman parte de nuestra historia y podría ser un reclamo importante para los que vienen a visitarnos y para los propios villacarrillenses. Redescubiertos por el Grupo de Espeleología de Villacarrillo en 1999, se han venido desarrollando una serie de obras de mejora que ahora tienen su continuidad con el objetivo de abrirlos al público lo más brevemente posible. Ya se habló de instalar en ellos un centro de interpretación o un museo. En cualquier caso hoy nos hemos colao durante la grabación de un programa, sobre los refugios, para Canal Sur y hemos visto parte de su recorrido y la cantidad de obreros que están trabajando en su acondicionamiento.

La longitud del refugio es de 280 metros y se extiende, en su mayoría, bajo el Templo de La Asunción; las galerías abovedas tienen una altura de 2 metros por 1,20 de anchura. La distancia desde el suelo de los pasillos que forman la galerías del Refugio hasta suelo de la Parroquia de la Asunción es de catorce metros aproximadamente. Distribuidos a lo largo de las bóvedas de las galerías, cuatro boquetes cuadrados de 40 cm. de lado, sirvieron para sacar la tierra excavada, mediante unos tornos, la que era amontonada en el Templo. Esta tierra extraída formó verdaderas montañas, dentro de la iglesia, dando lugar a que las verjas de hierro de las capillas laterales, cedieran y quedaran dobladas y vencidas por la fuerza de la tierra sobre ellas amontonada”.
La misión primordial del refugio era preservar a la población de los posibles ataques de la aviación nacional. Para lo cual se colocaron unas sirenas que llamaran a los vecinos a refugiarse en esta construcción. Como es de suponer nunca se necesitaron las sirenas y menos que la población tuviera que resguardarse en los refugios. Ello fue debido a que Villacarrillo, afortunadamente para su integridad y la de su población, se mantuvo a mucha distancia de los frentes de guerra.

Esto es un laberinto. Sugiero que en el suelo tendrían que pintar una línea de un color determinado en cada pasillo desde la entrada hasta el final, a modo de como están en los hospitales, para seguirla y poder salir de ese laberinto en caso de emergencia.