El enorme silencio que se respiró, el pasado jueves, en el Teatro Coliseo es el mejor aplauso que se le puede dar a estos artistas tan especiales y tan profesionales. La Escuela Municipal de Teatro “Ricardo Iniesta” de Úbeda, trajo a su Principito hasta el Coliseo para demostrar varias cosas: que no hay barreras que impidan hacer de la Cultura una forma de vida. Que si las hay, como es el caso de nuestro teatro, se solventan con la mayor de las ilusiones y con el único empeño de enseñar un trabajo tan especial hecho por personas con diferentes capacidades. Las trabas arquitectónicas (que hay que eliminar) son poca cosa para una gente que está acostumbrada a viajar por asteroides y planetas enanos. La lección se quedó prendida del telón de nuestro teatro: “hay que abrir los ojos, las cosas pequeñas son las más importantes”. Comandados por Nati Villar, los actores y actrices nos dejaron una sensación maravillosa de entrega, de amor por el teatro y, sobre todo, de profesionalidad. No hay ojos que no quieran ver el mundo, no hay sillas de ruedas que no quieran recorrerlo entero, no hay parálisis que impidan ser una serpiente, una flor, un cascabel. La única incapacidad es la nuestra, la de los que no vemos con total normalidad que estos artistas son igual que los demás. No hay que mirarles con pena, con inseguridad, con desinterés…Hay que mirarles con los mismos ojos con los que El Principito mira las cosas de la vida.
Quisimos celebrar el Día del Libro con ellos y con los colegios de nuestro pueblo, profesores y usuarios del Centro Ocupacional “La Algarabía”. Interesante respuesta la de los niños y niñas que se quedaron callados durante la función para después no dejar de hablar, “acribillando” a preguntas a la compañía ubetense. Querían saber, querían conocer los secretos de la función, quería aplaudir. Y lo hicieron, vaya que si lo hicieron. Un Teatro Coliseo puesto en pie ante tal avalancha de talento. De la historia de Antoine de Saint-Exupéry poco más podemos contar que no sepáis, pero es aquí donde se demuestra que los montajes pueden ser otra cosa, siendo éstos una buena manera de entender la historia y verle otras aristas que quizás se pierdan con la lectura.
Queremos que vuelvan…