La tarde de ayer tuvo un protagonista de lujo, el archiconocido Patito Feo de Hans Christian Andersen. Un pato distinto (que no feo), un montaje cargado de mensajes y simbología que nos enseña que no hay que tener miedo al diferente, al que no es como nosotros, a las personas (animales) que sienten-y padecen-de forma distinta. La Madeja Teatro vuelve a llenar el Coliseo de color, de alegría, de personajes inolvidables y cargados de ternura, de trabajo bien hecho y de mucho, muchísimo cariño. Los sevillanos vuelven a demostrar su amor inmenso por el teatro y por todo lo que éste implica. Un montaje para ¿niños? de entre 2 y 7 años, muy bien engranado, que mezcla actores de carne y hueso con otros de felpa y relleno y que consiguen que cantemos, bailemos y pensemos sobre aspectos como los que señalamos en un principio. Es la quinta vez que visitan nuestro teatro, nuestro pueblo y no será la última porque, además de profesionalidad, derrochan humildad y cariño y eso…nos gana.
El Patito Feo nos enseña a no tener miedo al diferente
La tarde de ayer tuvo un protagonista de lujo, el archiconocido Patito Feo de Hans Christian Andersen. Un pato distinto (que no feo), un montaje cargado de mensajes y simbología que nos enseña que no hay que tener miedo al diferente, al que no es como nosotros, a las personas (animales) que sienten-y padecen-de forma…
Deja un comentarioCancelar respuesta