Fue ayer martes. El Plan, la película protagonizada por nuestro Chema del Barco, Ramón en la cinta dirigida por Polo Menárguez, Raúl Arévalo (Andrade) y Antonio de la Torre (Paco). Como ya sabéis este film, que compite en la Sección Oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, está basado en la obra de teatro de Ignasi Vidal. Ayer mismo el realizador realizaba estas declaraciones durante sobre esta película: «Tras ver la representación, pensé que en la narrativa de la obra había algo muy cinematográfico, así que la leí varias veces y vi qué sí, que detrás había una película». Lo más difícil ha sido adaptar el ritmo de la obra de teatro a una película, pero como explica Menárguez: «Fue lo más difícil, pero me ayudaron mucho los actores en los ensayos y en las primeras lecturas. Además, me gusta rodar las secuencias enteras, porque luego eso ayuda mucho en el montaje».
En declaraciones recogidas por la página oficial de la Seminci: Los actores para interpretar a los personajes de la obra fueron, según sus palabras «el casting ideal desde el principio». Raúl Arévalo (Andrade), Antonio de la Torre (Paco) y Chema del Barco (Ramón) dan vida a tres amigos que trabajaban como vigilantes y se han convertido en parados de larga duración. Tienen un plan, y con el fin de llevarlo a cabo se reúnen en el piso de Paco, pero la furgoneta en la que iban a ir sufre una avería y los deja tirados. Mientras consiguen otro vehículo, conversan, comen pipas, beben cerveza… y discuten sobre cuestiones tan personales que las relaciones entre ellos comienzan a transformarse.
Para el director, «la película es una crítica a la construcción de la masculinidad». Según explicó, «los tres personajes tienen unas masculinidades muy marcadas, con una violencia latente, y en uno de ellos estalla. Luego empieza a contar sus estudios sobre el sistema límbico, que para él es una excusa sobre lo que ha hecho».
Durante la presentación se produjo un intenso debate sobre las derivadas del filme. La cuestión se centró en posibilidad de interpretar como una excusa para la violencia machista las reflexiones de uno de los personajes sobre el funcionamiento del cerebro en su bloqueo al sentimiento de empatía propio de los asesinos en serie, por ejemplo. Polo Menárguez explicó su punto de vista: «Se trata de mirar cara a cara esas masculinidades, no de justificar nada. Es más, es una crítica a esas masculinidades».
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