
Que triste está siendo este inicio de año, ¿no? Que rabia y que impotencia. Cualquier despedida es dramática pero cuando viene sin esperar, el dolor se multiplica por mil, por un millón de dolores. No me pude despedir de ti, como es debido, pues ya sabes que yo también sufro estos días. Sufro la pérdida más cruel; aunque para cada uno el duelo sea diferente y no haya consuelo ni en el fondo ni en las formas. Se agradecen las palabras, pero éstas no hacen mella; de momento no amortiguan la pena. Los abrazos sí. Me habría gustado darle uno a tu familia, ya lo haré. Pero siendo, como eres (me niego a hablar en pasado) una gran teatrera; una de esas mujeres valientes que hacen del teatro una pasión, que para mi gusto descubriste tarde; siendo como eres una mujer de cultura, que has aportado un granito de arena enorme y que siempre has apostado por ello, no podía dejar pasar, como digo, este pequeño homenaje. Manoli, te descubrimos con Les Prometemos Mejorar de tu querido Luis. Nos sorprendió tu bis cómica, tus ganas y tu falta de miedo a la hora de subirte a esas tablas del Coliseo. Tuve la suerte de compartir contigo horas de ensayo y escenario en aquella locura maravillosa que fue Reina siempre en nuestras almas, la obra de teatro dedicada al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, a su historia. Recuerdo mis nervios y tus ánimos; los elogios a mi voz y las ganas que tenías de que ese proyecto saliera adelante. Así fue, no solo salió adelante sino que fue todo un éxito.


Y es que el teatro es vida y ese mismo teatro también te va a echar muchísimo de menos. Aunque tu esencia ya forma parte de la historia del Teatro Coliseo, eso ya no hay quien te lo quite. Hasta siempre o hasta pronto, porque como bien sabemos tú y yo la vida te puede cambiar en un segundo. Los reveses vienen sin esperar y para eso nadie está preparado. Dicen que los que pierden, realmente, son los que se van. Yo no creo en eso. Los que quedamos perdemos tanto o más. El tiempo anestesiará el dolor, pero éste seguirá por siempre en los corazones de la gente que te quiere. Así lo pienso yo y así te lo digo. Fue bonito recrear aquella gesta teatral contigo, fue bonito conocerte…
PD: dile a mi madre que su perrilla ya se ha curado por completo; que la echa mucho de menos. Dile que la queremos aún más que antes y que sabemos que está muy pendiente de nosotros, que notamos su presencia y su refugio. Díselo, gracias.
