Éxito absoluto en la apertura de la XIII Edición de nuestro Otoño de Teatro. Rotundo. Más de 300 espectadores para poner en punto de partida a este otoño que se presenta muy interesante. Sonrisas de Teatro es el grupo encargado de esta difícil tarea y a ellos hay que agradecerles varias cosas. Alabar la valentía de llevar a cabo el montaje y más aún después de las palabras que su director, Diego Marín del que hablaremos ahora, le dirigió al público antes de la representación. Allí nos advirtió que no ha habido tiempo de ensayar, que iban a desistir de abrir el Otoño de Teatro, por eso mismo , que casi todos los actores y actrices están fuera y eso complicó mucho todo el trabajo. Pero también advirtió que fueron varios los motivos que les empujó a seguir adelante: la poca participación de compañías locales en esta edición y, sobre todo, porque esta iba a ser la despedida del grupo “Sonrisas de Teatro” tal y como lo conocemos. Dicen adiós para emprender otros proyectos de vida. Son todos muy jóvenes y dentro de su corta trayectoria vital el teatro forma una parte muy importante de su crecimiento como personas y eso, eso es muy importante.
El culpable no es otro que Diego Marín al que quisieron hacerle un homenaje y darle las gracias por todo lo que les había aportado en la vida. Diego, junto a Paqui, tienen la virtud de saber llevarse a su terreno a los más jóvenes, aportando motivos suficientes para que su tiempo de ocio se ocupe bien, de la mejor manera posible, entre bambalinas. Un hombre desprendido con un corazón tan grande como el patio de butacas de su Coliseo. Un teatro puesto en pie para aplaudir el trabajo de los chicos y chicas y de su director.
Nos da que “Sonrisas de Teatro” no se despide, simplemente evoluciona por obra y arte de la propia vida.
“>DESPEDIDA Y HOMENAJE A DIEGO MARÍN
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