40 años de vida. De música. La banda sonora original e irrepetible de un Villacarrillo cultural, musical...Fue en el año 1981 cuando, bajo la primera batuta del director, Cristóbal Marín Pulido, de quien cogieron el nombre, se creó esta familia, no asociación, familia. Niños y niñas que comenzaban a construirse sobre los cimientos de las siete notas musicales. Se creaba un colectivo que ha hecho de nuestro pueblo música, por el que han desfilado decenas y decenas de personas que aman la música y todo lo que eso supone. 40 años de batallas ganadas a la desidia y a la pereza, de conciertos, de innovación, de crecimiento; personal y artístico. Les hemos visto crecer, claro, y pelear por su pasión. Tanto es así que la Asociación Musical Cristóbal Marín, es una de las agrupaciones musicales más reconocidas (por su calidad) de la provincia.
Ramón Ortega Pérez, Manuel Antonio Herrera Moya, Pedro Manuel Herrera Molina, Jaime Gómez Mendieta y Fernando Vázquez Linares se pusieron al frente de la parte artística. Cada uno con sus formas y su impronta; la misma devoción y el empeño de hacer que la banda sonara nítida, precisa y profesional. Ahora son los tiempos de José Manuel Segura cuyo desvanecimiento (físico), en el primer concierto de esta pesadilla de pandemia, aquel inolvidable concierto de Semana Santa, fue, como digo, la primera muestra, la más real, que nos hizo cambiar el chip, que nos hizo ver que podemos salir de esta con cabeza y corazón. Ese concierto nos dio esperanza, por eso será uno de los que más vamos a retener en nuestra retina y nuestros oídos. Es el presente y hay futuro con nombres como el de Joaquín de la Hoz Díaz, que ya se postula como una pieza imprescindible dentro del engranaje de esta gran familia. Él fue el encargado de dirigir el homenaje que se le hizo a otro de esos nombres imprescindibles, José Ángel Tortosa Granados. Paula Herrera, fue la encargada de dirigir el homenaje, en este caso, a su inolvidable abuelo, el maestro Herrera. Su hijo, Pedro Manuel, sí que estuvo presente. Lo mismo que Jaime Gómez Mendieta, Fernando Vázquez, quien dirigió la banda en dos etapas distintas, y José Manuel Segura.
Homenajes que se sucedieron el pasado 17 de julio, cuando celebraron el 40 cumpleaños. Lo hicieron, como se hacen todas estas celebraciones: con familia y amigos. Muchos, muchas. Nuestra plaza de toros acogió el evento y puso una alfombra de albero a los invitados e invitadas: antiguos miembros de la banda, directores, amigos y amigas que no quisieron perderse la fiesta. No pude estar, pero me cuentan que fue algo maravilloso y, también, inolvidable. Con una presentadora de lujo; una emocionada Victoria Jiménez (periodista) que comenzó a hacerse grande con la Cristóbal Marín y que supo desgranar, por propio conocimiento, el devenir de esos primeros pasos como banda de flautas. Un repaso exhaustivo a una historia de historias. Hubo muchos agradecimientos, destacando el que hizo llegar a la banda el propio nieto del primer director, Iván Marín, hoy ya convertido en un músico enorme de prestigio internacional.
Fue la primera de muchas paradas, como hemos dicho al principio. Una gran fiesta, una gran familia, un gran ejemplo para Villacarrillo.
¡Felicidades!
PD: Del mismo modo este evento se convirtió en una especie de despedida para uno de los grandes valedores de todo lo que hemos dicho: la pasión por la música, la perseverancia, el trabajo, la fe y la devoción por la cultura de su pueblo. Días más tarde, como ya sabéis, fallecía el vicepresidente de la Asociación, Luis Fernando Poblaciones, una de las personas más inquietas, apasionadas, vitalistas y, a la vez, serenas que he tenido la suerte de conocer en mi vida.
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