Otra lección de buen teatro. Ya sé que soy muy reiterativo, pero es que el nivel de los “aficionados” en Villacarrillo está muy por encima de la media y, visto lo visto, nos podemos sentir más que orgullosos de lo que se hace en nuestro pueblo. Teatro de nivel y altamente exportable. Vicente Nieto y sus chicos y chicas de Embeleco vuelven a ser pieza fundamental de nuestro Otoño de Teatro. Su último montaje, El juego del lobo, no es una de esas obras fáciles; no es (con todo el respeto) una comedia de las de usar y tirar. El texto es altamente sensible y dado a “revolucionar” el pensamiento. No exento de toques de humor, El juego del lobo, destila verdad dentro de una fantasía hitchcockiana que nos invita a jugar al “quién es quién”. Un póker de máscaras, falsas apariencias y buceos hacia el interior de las personas. Jugar a conocerse y a entender al diferente; pelear entre fantasía y realidad, entre la leyenda y lo auténtico. Lo que sí es real es la gran interpretación a la que nos tienen acostumbrados desde Embeleco. Se nota la mano de un verdadero director que hace que fluya el texto (a pesar de algún mínimo blanco), la gestualidad y las emociones de los actores y actrices, cómodos en sus respectivos papeles y disfrutando en escena. Si ellos disfrutan, el público lo nota.
Embeleco juega con las apariencias en su último y exitoso montaje: El juego del lobo
Otra lección de buen teatro. Ya sé que soy muy reiterativo, pero es que el nivel de los “aficionados” en Villacarrillo está muy por encima de la media y, visto lo visto, nos podemos sentir más que orgullosos de lo que se hace en nuestro pueblo. Teatro de nivel y altamente exportable. Vicente Nieto y…
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