
Otro año que nos quedamos sin “la parte vista” de la Fiesta de los Sentidos. Así catalogaron nuestro Corpus, hace años, en alguna campaña promocional, y esa etiqueta es, sin duda, la que mejor define este espectáculo alrededor de la fe, que se vive en nuestro pueblo, cada primavera. No hubo calles engalanadas para el paso de Jesús Sacramentado, ni vecinos trabajando hasta la madrugada para el disfrute de los miles de visitantes que recorren esas mismas calles y plazas. No ha podido ser, siendo, éste, un año tan especial pues la manera de celebrar el Corpus en Villacarrillo ha recibido un importante reconocimiento como Bien de Interés Cultural. Lo dicho: no tuvimos la oportunidad de disfrutar de esos momentos únicos, pero sí se llevaron acabo esas otras fiestas eucarísticas, en la Parroquia de la Asunción, que son las que, verdaderamente, dan sentido a un evento con una carga de profundidad religiosa tan importante.
Sea como fuere, desde el Ayuntamiento (y alguna vecina a nivel particular) sí se ha querido mostrar, mínimamente, la idiosincrasia de una fiesta tan particular y emotiva; tan bonita. Os dejamos con una serie de fotografías de nuestro amigo, Luis Gallego, sobre los adornos de los ruedos de La Asunción. Pequeños detalles que dan pie a la esperanza y a sentir que, poco a poco, nuestra vida vuelve a ser normal.

