Premio “Ciudad de Villacarrillo”. Quitando vendas…

Hoy, de forma excepcional, me gustaría personalizar este artículo para—intentar—resumir lo vivido ayer durante la entrega del Premio “Ciudad de Villacarrillo” a Juan Antonio García López. Hablaré en primera persona. El motivo es la amistad que me une al premiado. Diez años trabajando juntos, en áreas distintas, pero puerta con puerta. Diez años de cariño, convivencia, confidencias (sobre todo en los últimos años) y de admiración. Una palabra muy manida, sí, pero muy significativa si la encuadro en el contexto siguiente: no es admiración por ser una persona discapacitada cuyos méritos todos conocemos y que le han hecho valedor de este importante reconocimiento. La admiración no hace referencia a su falta de pudor a la hora de enfrentarse a cualquier obstáculo. Cómo dije ayer, durante la presentación del acto:  “Quizás lo primero que se nos olvida cuando estamos junto a una persona con discapacidad es no tratarlo con normalidad. En muchas ocasiones, parece que cada vez son menos, hasta les hablamos de una forma especial, como con lástima, incluso alzando la voz como si tuviéramos el temor de que no nos entendieran. Ni al sordo hay que hablarle a gritos, hay que saber que nos puede leer los labios. Ni al discapacitado físico o psíquico hay que tratarlo de forma diferente, solo hay que respetar sus tempos y aprender de ellos a saber tratarlos. No es difícil. A mí se me olvida que nuestro premiado de hoy es invidente. Así que para comenzar vamos a ser partícipes de una gran incongruencia, para quitarnos una venda, nos vamos a poner otra”.

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 Nos pusimos una venda y nos quitamos dos: la física y la de la mente. La admiración por Juan Antonio me viene dada por el día a día y esa capacidad que tiene de hacerte sonreír, siempre. De escuchar, de verte por dentro. Su cabeza está tan bien amueblada que en la Casa de la Juventud le tenemos adjudicado el titulo de “agenda humana”. Su portentosa memoria hace que no se le escape ni un solo detalle. Ni uno solo. Trabajador inagotable, puntual y profesional serio y muy respetado.

Tiene limitaciones, claro que sí, como todo el mundo. Conocerle es quererle, no como a todo el mundo…Ayer nos emocionamos mucho, creo que todo el teatro. Nos podemos sentir orgullosos de ti, Juan Antonio, desde hace muchos años. Ayer se refrendó esa admiración y cariño de un pueblo para con un mogonero de reconocida trayectoria vital.

Aquí os dejamos un resumen del acto del Día de Andalucía

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